Aproximadamente 100.000 personas son diagnosticadas con cáncer cada año en los Estados Unidos, a una edad menor de 45 años; en Colombia, 196 personas son diagnosticadas diariamente. Muchos tipos de cáncer presentan hoy día excelentes posibilidades de curación; en la medida en que las posibilidades de sobrevivir aumentan, algunos aspectos fundamentales de la vida de estas personas pasan a un primer plano, entre ellos, por supuesto su posibilidad de ser padres.
En el caso de la mujer, algunos de los tratamientos más utilizados para tumores con localizaciones diversas pueden producir una disminución en las posibilidades de engendrar hijos. Tanto la quimioterapia, como la radioterapia tienen el potencial de afectar la función de los ovarios, impidiendo, en algunos casos en forma transitoria y en otros permanente , las posibilidades de producir óvulos, y por tanto, de ser madres.
En el año 2006, por primera vez la Sociedad Americana de medicina reproductiva, a instancias tanto de pacientes sobrevivientes de cáncer, como de especialistas en el área de oncología, incluyó dentro de sus recomendaciones que todo paciente, como parte de su consentimiento informado , debería recibir de su especialista en cáncer información sobre sus posibilidades de fertilidad a futuro, y como estas podrían ser alteradas por los tratamientos; así como información sobre los posibles métodos de preservación de la fertilidad.
En cuanto a la quimioterapia, según la Asociación Americana contra el cáncer ( American Cancer Society), la mayoría de los medicamentos empleados para quimioterapia tienen el potencial de afectar los óvulos. El daño dependerá del tipo de medicamentos, pero también de las dosis empleadas, la edad de la mujer, haciendo difícil predecir la magnitud del daño.
Los medicamentos que tienen más probabilidades de afectar la producción de óvulos son: Busulfan, carboplatino, carmustino(BCNU), clorambucilo, cisplatino,ciclofosfamida, dacrbacina, doxorubicina, ifosfamida, lomustine (CCNU), mecloretamina, melphalan, procarbacina, temozolomida.
Por otra parte, los medicamentos utilizados para quimioterapia con menor posibilidad de afectar a los óvulos son: 5 fluouracilo, bleomicina, citarabina, dactinomicina, daunorubicina, fludarabina, gemcitabina, idarubicina, metotrexate, vinblastina, vincristina.
En el caso de la radioterapia, se trata del uso de radiación de alta energía que es utilizada para matar las células malignas. Esta radiación podría, sin embargo, dañar también los óvulos; en el caso de mujeres que deban ser irradiadas a nivel del abdomen o la pelvis, la cantidad de radiación absorbida determinará la magnitud del daño, y si este va a determinar una posterior infertilidad.
La cirugía utilizada para el tratamiento del cáncer también podría afectar la fertilidad; es el caso de la ooforectomía ( remoción de los ovarios,), la traquelectomia (extirpación del cuello uterino), o cirugías abdominales que puedan inducir la formación de adherencias en los órganos pélvicos, y que pueden ser empleadas en el tratamiento de diversos tipos de cáncer, o incluso en la prevención de algunos, en caso de mutaciones que predispongan a la aparición de cáncer.
Finalmente terapias hormonales, utilizadas para el tratamiento del cáncer de seno u otros tipos de cáncer, tienen el potencial de afectar la fertilidad.
Dado que es muy difícil para un paciente analizar los posibles efectos de un grupo tan heterogéneo de tratamientos y a que, desafortunadamente la frecuencia con que los oncólogos tocan este tema con sus pacientes es aún muy baja, es fundamental que se solicite por parte de estos una remisión, para evaluar la posibilidad y pertinencia de un procedimiento para preservación de la fertilidad.
En cuanto a dichos procedimientos, los más utilizados hoy día, y que ya no se consideran experimentales, sino de uso clínico establecido, son: congelación de embriones en los casos de pacientes con una pareja estable, y congelación de óvulos en los casos de personas que no tienen pareja